Semana Santa
Por Zadí Desmé
En la Semana Santa conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús,
sus últimos días en el mundo
Hoy por la mañana escuchaba por la radio como la
gente se estaba preparando para Semana Santa, algunos hacían las maletas para
un largo viaje, otros buscaban donde comprar pescado y mariscos a un buen
precio, y había unos pocos que no estaban en nada. En resumen no escuche ni una
palabra sobre el verdadero significado de esta celebración. Por qué, creo que
la respuesta está en la fuerza que la Iglesia Católica ha venido perdiendo en
los últimos años.
Aún recuerdo de niño, como nos inculcaban a mantener
una compostura prácticamente de luto y de alejarnos a todo lo mundano, incluido
escuchar música. Los medios de comunicación se solidarizaban y solo pasaban música
clásica.
Pese a que pertenezco a una comunidad pequeña en su mayoría cristiana, no he visto esa participación y concurrencia que existía en el
pasado. Todo esto me hace ver, qué también los católicos estamos
llevando estos difíciles tiempos de perdida de fe.
Me puse a revisar en diferentes textos y escritos en
la web y quise buscar información que afirmara el significado de la Semana Santa,
encontrando lo siguiente:
La pascua no es una fiesta de origen cristiano, esta coincide
con las fechas en que fue crucificado Jesús, que se celebraba La Pascua Judía,
fiesta ordenada por Dios que dejo instituido para que recordara la liberación del
pueblo judío de las manos de Egipto, llamada como la fiesta de la pascua, una fiesta
santa en Israel.
Que las fechas de semana santa, tenga origen
cristiano o no, es lo que menos importa, ya que de todas formas coincide con la
última semana en vida de Jesús.
Entendidos por la importancia histórica de la muerte
de Cristo, la primitiva Iglesia advirtió la necesidad de celebrar
litúrgicamente este hecho salvífico, por medio de un rito memorial, donde se
renovara sacramentalmente su sacrificio.
De este modo, durante los primeros compases de la
vida de la Iglesia, la Pascua del Señor se conmemoraba cíclicamente, a partir
de la asamblea eucarística convocada el primer día de la semana, día de la
resurrección del Señor (dominicus dies) o domingo. Muy pronto, apenas en el siglo
II, comenzó a reservarse un domingo particular del año para celebrar este
misterio salvífico de Cristo.
En la antiguamente hubo una confusión sobre el día a
celebrar la Pascua Judía y la Pascua de Resurrección, es por eso que a finales
de año 1930 se hablaba de un Triduum Sacrum para referirse a las etapas del
misterio pascual de Cristo que, durante tres días, et passus est, et quievit et
resurrexit.
Cada celebración del Triduo presenta su estilo
particular: la tarde del Jueves Santo conmemora la institución de la
Eucaristía; el Viernes se dedica entero a la evocación de la Pasión y Muerte de
Jesús en la cruz; durante el sábado la Iglesia medita el descanso de Jesús en
el sepulcro. Por último, en la Vigilia Pascual, los fieles reviven la alegría
de la Resurrección.
Al principio, esta celebración se desarrollaba sobre
el Gólgota, en la basílica del Martyrion, al pie de la Cruz, y no en el
Cenáculo; hecho que confirma la íntima relación entre la celebración
eucarística y el sacrificio de la Cruz.
A finales del siglo IV, esta tradición se vivía
también en numerosas iglesias de occidente, pero habrá que esperar hasta el
siglo VII para encontrar los primeros testimonios romanos.
En la actualidad la comunidad Católica conmemora la
Semana Santa observando lo siguiente:
Lunes
Este fue el día que Jesús visita la casa de Lázaro, al
que había resucitado, donde María lo unge con perfumes.
Evangelio de San Juan:
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a
Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.
Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban
con él a la mesa. María tomó una fibra de perfume de nardo, auténtico y
costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa
se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos,
el que lo iba a entregar, dice:
-
¿Por qué
no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los
pobres?
Esto lo dijo, no porque le importasen los
pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban
echando. Jesús dijo:
-
Déjala; lo
tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis
siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.
Una muchedumbre de judíos se enteró de que
estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que
había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar
también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en
Jesús.
Martes
negará.
Evangelio de San Juan:
En
aquel tiempo, Jesús, profundamente, dijo:
-
Os aseguro
que uno de vosotros me va a entregar.
Los discípulos se miraron unos a otros
perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús tanto
amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas
para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de
Jesús, le preguntó:
-
Señor,
¿quién es?
Le contestó Jesús:
-
Aquel a
quien yo le dé este trozo de pan untado.
Y untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de
Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le
dijo:
-
Lo que tienes
que hacer hazlo en seguida.
Ninguno de los comensales entendió a qué se
refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba
comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de
tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús:
-
Ahora es
glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es
glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo
glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis,
pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: Donde yo voy,
vosotros no podéis ir.
Simón Pedro le dijo:
-
Señor, ¿a
dónde vas?
Jesús le respondió:
-
Adonde yo
voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde.
Pedro replicó:
-
Señor, ¿por
qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti.
Jesús le contestó:
-
¿Con que
darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas
negado tres veces.
Miércoles
Iscariote con el Sanedrín, el
tribunal religioso judío, pacta la entrega de Jesús a cambio de 30 monedas de
oro.
Evangelio de San Mateo:
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado
Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
-
¿Qué
estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?
Ellos se ajustaron con él en treinta
monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El
primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
-
¿Dónde
quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él contestó:
-
ld a la
ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está
cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos".
Los discípulos cumplieron las instrucciones
de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce.
Mientras comían dijo:
-
Os aseguro
que uno de vosotros me va a entregar.
Ellos, consternados, se pusieron a
preguntarle uno tras otro:
-
¿Soy yo
acaso, Señor?
Él respondió:
-
El que ha
mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se
va, como está escrito de él; pero, ¡ay! del que va a entregar al Hijo del
hombre!; más le valdría no haber nacido.
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a
entregar:
-
¿Soy yo
acaso, Maestro?
Él respondió:
-
Tú lo has
dicho.
Jueves
Santo
se fue a orar al Huerto de los
Olivos, ahí pasó toda la noche y después de la oración fue detenido.
Viernes
Santo
Es el día de la Pasión de Cristo, después de ser
encarcelado y de los interrogatorios de Herodes y Pilato. Éste fue el día de su
flagelación, de la coronación de espinas y la crucifixión.
Una de las tradiciones más populares del Viernes
Santo es la representación del viacrucis, dramatizada con actores, donde se
revive el todo el recorrido de Jesús hasta el Calvario, es fundamentalmente un día de duelo durante el cual se recuerda la
crucifixión de Jesucristo
También es costumbre rezar el viacrucis y meditar
sobre las siete palabras de Jesús en la cruz, así como acompañar a Jesús en el
sufrimiento. A las tres de la tarde es también costumbre recordar la
crucifixión rezando el Credo.
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen." (Lucas, 23: 34).
"Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en
el Paraíso." (Lucas, 23: 43).
"Mujer, ahí tienes a tu hijo. [...] Ahí
tienes a tu madre." (Juan, 19: 26-27).
"¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has
abandonado?" (Mateo, 27: 46 y Marcos, 15: 34).
"Tengo sed." (Juan, 19: 28).
"Todo está cumplido." - (Juan, 19:
30).
"Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu." (Lucas, 23: 46).
Se trata del día que pasó entre la muerte y la
resurrección de Jesús. Los cristianos viven este día con
luto. Por la noche se
lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar el regreso de Cristo. En las
iglesias se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la
Resurrección de Jesús.
Domingo de
Resurrección
También conocido como Domingo de Pascua, es el día
más importante para los católicos, ya que se representa el momento en que Jesús
resucitó.
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