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miércoles, 12 de abril de 2017

Semana Santa por Zadí Desmé


Semana Santa
Por Zadí Desmé

En la Semana Santa conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, sus últimos días en el mundo

Hoy por la mañana escuchaba por la radio como la gente se estaba preparando para Semana Santa, algunos hacían las maletas para un largo viaje, otros buscaban donde comprar pescado y mariscos a un buen precio, y había unos pocos que no estaban en nada. En resumen no escuche ni una palabra sobre el verdadero significado de esta celebración. Por qué, creo que la respuesta está en la fuerza que la Iglesia Católica ha venido perdiendo en los últimos años.
Aún recuerdo de niño, como nos inculcaban a mantener una compostura prácticamente de luto y de alejarnos a todo lo mundano, incluido escuchar música. Los medios de comunicación se solidarizaban y solo pasaban música clásica.
Pese a que pertenezco a una comunidad pequeña en su mayoría cristiana, no he visto esa participación y concurrencia que existía en el pasado. Todo esto me hace ver, qué también los católicos estamos llevando estos difíciles tiempos de perdida de fe.
Me puse a revisar en diferentes textos y escritos en la web y quise buscar información que afirmara el significado de la Semana Santa, encontrando lo siguiente:

La pascua no es una fiesta de origen cristiano, esta coincide con las fechas en que fue crucificado Jesús, que se celebraba La Pascua Judía, fiesta ordenada por Dios que dejo instituido para que recordara la liberación del pueblo judío de las manos de Egipto, llamada como la fiesta de la pascua, una fiesta santa en Israel.
Que las fechas de semana santa, tenga origen cristiano o no, es lo que menos importa, ya que de todas formas coincide con la última semana en vida de Jesús.
Entendidos por la importancia histórica de la muerte de Cristo, la primitiva Iglesia advirtió la necesidad de celebrar litúrgicamente este hecho salvífico, por medio de un rito memorial, donde se renovara sacramentalmente su sacrificio.
De este modo, durante los primeros compases de la vida de la Iglesia, la Pascua del Señor se conmemoraba cíclicamente, a partir de la asamblea eucarística convocada el primer día de la semana, día de la resurrección del Señor (dominicus dies) o domingo. Muy pronto, apenas en el siglo II, comenzó a reservarse un domingo particular del año para celebrar este misterio salvífico de Cristo.
En la antiguamente hubo una confusión sobre el día a celebrar la Pascua Judía y la Pascua de Resurrección, es por eso que a finales de año 1930 se hablaba de un Triduum Sacrum para referirse a las etapas del misterio pascual de Cristo que, durante tres días, et passus est, et quievit et resurrexit.
Cada celebración del Triduo presenta su estilo particular: la tarde del Jueves Santo conmemora la institución de la Eucaristía; el Viernes se dedica entero a la evocación de la Pasión y Muerte de Jesús en la cruz; durante el sábado la Iglesia medita el descanso de Jesús en el sepulcro. Por último, en la Vigilia Pascual, los fieles reviven la alegría de la Resurrección.
Al principio, esta celebración se desarrollaba sobre el Gólgota, en la basílica del Martyrion, al pie de la Cruz, y no en el Cenáculo; hecho que confirma la íntima relación entre la celebración eucarística y el sacrificio de la Cruz.
A finales del siglo IV, esta tradición se vivía también en numerosas iglesias de occidente, pero habrá que esperar hasta el siglo VII para encontrar los primeros testimonios romanos.
En la actualidad la comunidad Católica conmemora la Semana Santa observando lo siguiente:

Lunes
Este fue el día que Jesús visita la casa de Lázaro, al que había resucitado, donde María lo unge con perfumes.
Evangelio de San Juan:
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una fibra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
-          ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo:
-          Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Martes
Jesús les revela a sus discípulos la traición de uno de ellos, así como las tres veces que Pedro lo
negará.
Evangelio de San Juan:
En aquel tiempo, Jesús, profundamente, dijo:
-          Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
-          Señor, ¿quién es?
Le contestó Jesús:
-          Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado.
Y untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
-          Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús:
-          Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: Donde yo voy, vosotros no podéis ir.
Simón Pedro le dijo:
-          Señor, ¿a dónde vas?
Jesús le respondió:
-          Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde.
Pedro replicó:
-          Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti.
Jesús le contestó:
-          ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.

Miércoles
Es el final de la Cuaresma y el comienzo de la Pascua; se recuerda el momento en el que Judas
Iscariote con el Sanedrín, el tribunal religioso judío, pacta la entrega de Jesús a cambio de 30 monedas de oro.
Evangelio de San Mateo:
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
-          ¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
-          ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él contestó:
-          ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos".
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
-          Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
-          ¿Soy yo acaso, Señor?
Él respondió:
-          El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay! del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
-          ¿Soy yo acaso, Maestro?
Él respondió:
-          Tú lo has dicho.

Jueves Santo
Es La Última Cena de Jesús con sus Apóstoles en la que les lavó los pies. Al terminar la cena Jesús
se fue a orar al Huerto de los Olivos, ahí pasó toda la noche y después de la oración fue detenido.



Viernes Santo
Es el día de la Pasión de Cristo, después de ser encarcelado y de los interrogatorios de Herodes y Pilato. Éste fue el día de su flagelación, de la coronación de espinas y la crucifixión.
Una de las tradiciones más populares del Viernes Santo es la representación del viacrucis, dramatizada con actores, donde se revive el todo el recorrido de Jesús hasta el Calvario, es fundamentalmente  un día de duelo durante el cual se recuerda la crucifixión de Jesucristo
También es costumbre rezar el viacrucis y meditar sobre las siete palabras de Jesús en la cruz, así como acompañar a Jesús en el sufrimiento. A las tres de la tarde es también costumbre recordar la crucifixión rezando el Credo.
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen."  (Lucas, 23: 34).
"Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso." (Lucas, 23: 43).
"Mujer, ahí tienes a tu hijo. [...] Ahí tienes a tu madre." (Juan, 19: 26-27).
"¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?" (Mateo, 27: 46 y Marcos, 15: 34).
"Tengo sed." (Juan, 19: 28).
"Todo está cumplido." - (Juan, 19: 30).
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu." (Lucas, 23: 46).

Sábado de Gloria
Se trata del día que pasó entre la muerte y la resurrección de Jesús. Los cristianos viven este día con
luto. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar el regreso de Cristo. En las iglesias se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Jesús.




Domingo de Resurrección
También conocido como Domingo de Pascua, es el día más importante para los católicos, ya que se representa el momento en que Jesús resucitó.




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